domingo, 21 de febrero de 2010

Delírio.


Luz de ahora un vacío resplandeciente,
No importa porque tu sonrisa acompaña mi mente.

¿Y qué importa? Si me vuelvo demente,
De testigo tengo una balada ruidosa
Letras silenciosas la acompañan temerosas,
Se introduce, cada nota, cada letra que en ella se represente.

La noto por debajo de la piel, como dinamita.
Un pequeño enfermamiento, lento,
Que se pierde en un haz de luz infinita,
Hasta donde la vista pierde certeza.
Donde el misterio pierde al lamento.

Allí, vacío inerte.
Allí, encuentro ahora mi mente.

Luz de ahora un vacío resplandeciente,
No importa porque tu sonrisa acompaña mi mente.




Me pregunto, si serán vanos estos minutos gastados,
Escribiendo tales versos sazonados.

Y si me eclipsa la felicidad, la melancolía,
la galantería, en fin,
me dejaré poseer hasta que el día concluya.
Pues no conozco mayor felicidad,
que la que lo desconocido inspira.

1 comentario:

Rebeca Márquez dijo...

Y que lo digas. Podría decir muchas cosas pero...
Besos.