Club de los poetas muertos.

De los hermosos el retoño ansiamos
para que su rosal no muera nunca,
pues cuando el tiempo su esplendor marchite
guardará su memoria su heredero.

Pero tú, que tus propios ojos amas,
para nutrir la luz, tu esencia quemas
y hambre produces en donde hay hartura,
demasiado cruel y hostil contigo.

Tú que eres hoy del mundo fresco adorno,
pregón de la radiante primavera,
sepultas tu poder en el capullo,

dulce egoísta que malgasta ahorrando.
Del mundo ten piedad: que tú y la tumba,
ávidos, lo que es suyo no devoren.

William Shakespeare





Qué mejor forma de darle comienzo a esta entrada...
El caso es que hoy he visto una película, la cual voy a clasificar mi segunda favorita, después de El Club de la Lucha (todos son clubs, ¿por qué será?).

El Club de los Poetas Muertos, originalmente un libro (que leeré en Junio, cuando empiece a tener tiempo). Trata de un profesor de literatura que regresa a su escuela, donde estudió, para impartir clase y dar alas a la mente de los estudiantes, buscando librepensadores, haciendo que los chicos hagan lo que mas les gusta y no lo que les imponen. No obstante, no sigue el guión de la típica película en la cual el profesor no cae bien y luego son todos amigos. Tiene un final bastante impactante (al menos para mi). Sinceramente, recomiendo verla, una de las mejores frases de la película es esta:

“La verdad es como una manta que siempre te deja los pies fríos. La estiras, la extiendes y nunca es suficiente. La sacudes, le das patadas, pero no llega a cubrirnos. Y desde que llegamos llorando hasta que nos vamos muriendo sólo nos cubre la cara, mientras gemimos, lloramos y gritamos”.

Tengo ganas de leer el libro.

El lema principal de la película es "Carpe Diem", es decir "Aprovecha el momento".