viernes, 15 de enero de 2010

Despierta.



-A veces quiero desaparecer.

-¿Desaparecer? Qué ideas de crío tienes...

-No soy ningún crío. Ya lo tengo pensado, dentro de un par de años, ahorraré, cogeré un barco y me lanzaré a la aventura a descubir mundo que no conozco. Lejos. Donde nadie me reconozca, a empezar de cero. Estoy harto de todo esto.

-¿Y qué crees que vas a conseguir haciendo eso?

-Pues... Olvidar, supongo.

-¿Crees que así evitarás las desgracias del mundo? ¿El hambre? ¿La pobreza? ¿La delincuencia? Así, yéndote, ¿sin más?

-Pues... No... No me refiero a eso. Me refiero a mi vida. Me siento deprimido...

-Y irte lejos es la solución, ¿eh? Fuera, donde nadie te conoce, sin una casa a la que acogerte, sin un amigo que abrigue tu soledad en ese frío páramo de desasosiego. Los niños mueren de hambre, la Tierra se desploma, y el niño quiere desaparecer porque se siente mal.

-Joder, es que como lo pintas tú también...

-Adelante, márchate. Si crees que ella merece tal importancia...

-¿Qué quieres decir con eso?

-Venga, ambos sabemos que lo haces por ella. Quieres olvidarla y te crees que marchándote a un sitio desconocido te será más facil. Tú mismo, pero lo único que haces es darle mas importancia de la que tiene.

-... ¿Y qué quieres que haga entonces?

-Ven conmigo. Vamos a ver el mundo que no conoces justo delante de tus narices.

1 comentario:

melocotón dijo...

Jo, que chulo. ¿Cómo es que escribes tan bien? En serio te digo que podrías dedicarte a esto profesionalmente sin ningún problema.